Este refugio natural alberga una riqueza excepcional de flora y fauna, y ha sido reconocida por la UNESCO.
Para nadie cabe duda que el Perú debe ser uno de los países más afortunados del mundo. Y es que no solo se trata de su rica historia incaica, tesoros arquitectónicos o su vasta despensa gastronómica que enamora a todo aquel que la prueba.
Nuestro país también cuenta con una serie de recursos naturales que existen en muy pocos lugares de todo el mundo entero. Y a todos hay que protegerlos, como es el caso del Parque Nacional del Manu.
Un poco de Etnohistoria
El nombre “Manu” proviene del idioma araona, que significa “río”. Esta lengua, parte de la familia pano-tacana, tiene vínculos con el ese-eja, hablado en la cuenca de Madre de Dios.
Es la región, históricamente habitada por diversos grupos indígenas, ha sido testigo de procesos migratorios y de colonización, principalmente por las comunidades machiguenga, quienes se establecieron tras la casi desaparición de los araona debido a la explotación cauchera en los siglos XIX y XX.
Los incas también dejaron su huella en el Manu, integrando la región a su imperio bajo el mando de Pachacútec y Túpac Yupanqui. Posteriormente, durante la época colonial, los españoles establecieron haciendas y encomiendas en el área, utilizando el valle para suministrar productos al Cuzco.
Creación y protección del Parque
La protección formal del Manu comenzó en 1968, cuando fue declarado reserva nacional. La declaración como parque nacional llegó en 1973, con el propósito de conservar su patrimonio natural y cultural. La ampliación de su superficie en 2002 subraya la importancia continua de preservar este invaluable ecosistema.
El parque se divide en tres zonas: el área núcleo, destinada exclusivamente a la conservación y la investigación científica; el área reservada, que permite actividades turísticas y de investigación controladas; y la zona de amortiguamiento, donde se desarrollan actividades agrícolas y forestales por las comunidades locales.
Geografía y Clima
El Manu abarca una variedad impresionante de paisajes y climas. Desde las altas punas hasta los bosques tropicales de la Amazonía, el parque presenta una variedad climática notable.
En las regiones más altas, las temperaturas pueden oscilar entre -9 °C y 22 °C, mientras que en las zonas más bajas de la selva, las precipitaciones pueden superar los 8000 mm anuales, creando un ambiente húmedo y cálido ideal para una rica biodiversidad.
De igual manera, este paraíso en la tierra es un lugar perfecto para los biólogos y amantes de la naturaleza. Con más de 250 especies de árboles por hectárea, y una fauna que incluye 223 especies de mamíferos y 1005 especies de aves, el Manu es uno de los lugares más biodiversos del planeta. Entre los mamíferos, destacan el jaguar, el puma, la sachavaca y diversas especies de monos y roedores.
En términos de flora, el parque alberga especies como el cedro, la castaña y la lupuna. La región es también hogar de innumerables insectos, incluyendo una diversidad notable de mariposas, escarabajos y hormigas, lo que subraya la complejidad y riqueza del ecosistema.
Gracias al Turismo
La principal actividad económica del Parque Nacional del Manu es el turismo ecológico. Y es gracias a esto que un promedio de 2500 visitantes (la gran mayoría del extranjero) llegan hasta aquí, con la expectativa de explorar uno de los ecosistemas más intactos del mundo. Las actividades incluyen acampar, senderismo, avistamiento de aves y navegación por los ríos del parque.
El turismo sostenible es una prioridad en el Manu, buscando un equilibrio entre la conservación de la biodiversidad y el desarrollo económico de las comunidades locales. La concientización y educación ambiental son fundamentales para asegurar que tanto visitantes como residentes comprendan la importancia de preservar este excepcional lugar.
El Parque Nacional del Manu no solo es un bastión de biodiversidad, sino también un espacio de encuentro cultural e histórico. La combinación de su riqueza natural y su relevancia histórica hacen del Manu un sitio de importancia global, digno de admiración y protección para las generaciones futuras.